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Si quer¨ªas una mesa en Le Bistro en Antigua a finales de los 90, ten¨ªas que llegar temprano, tener suerte o trabajar en la industria del juego.
¡°Cenaba all¨ª cuatro noches a la semana con Bill Scott¡±, dice Paris sonriendo. ¡°Y si entrabas cualquier noche, en cada mesa hab¨ªa alguien del sector. Era simplemente… el lugar¡±.
Eran los jefes de una ¨¦poca de auge en el mercado offshore: WWTS, Carib, Intertops, World Sports Exchange, 바카ë¼tech, 888. Todos se conoc¨ªan. Los tratos se cerraban comiendo pasta. Las fiestas de cumplea?os infantiles eran b¨¢sicamente miniconferencias. ?Y si necesitabas una nueva oficina? ?Qu¨¦ suerte! Todos los edificios ya estaban ocupados por una casa de apuestas deportivas.
¡°Con el tiempo, la gente empez¨® a trabajar en villas. El gobierno empez¨® a preocuparse porque la gente ganaba mucho dinero. ?C¨®mo se recuperar¨ªa la econom¨ªa si todo desaparec¨ªa?¡±
El ambiente estaba repleto de personalidades, algunas extravagantes, muchas brillantes. Y estaba muy concurrido.
¡°Hab¨ªa much¨ªsima actividad. Todos creaban algo. Parec¨ªa un momento excepcional en el que todos est¨¢bamos… ah¨ª para apoyarnos mutuamente y prosperando. Es interesante porque sent¨ª lo especial que era, incluso entonces. Sent¨ª lo ¨²nicas que eran esas personas. Y sent¨ª much¨ªsima gratitud por formar parte de ello¡±.
Todos ten¨ªan sus razones para estar all¨ª. Algunos quer¨ªan construir casas, otros deseaban libertad, y muchos simplemente quer¨ªan formar parte de algo diferente. El extranjero no era una frontera sin ley; era donde la innovaci¨®n surg¨ªa por necesidad.
¡°Ahora la gente usa la palabra ?innovaci¨®n? constantemente; es una palabra de moda en todos los paneles. Pero en aquel entonces, lo hac¨ªamos en serio, ten¨ªamos la obligaci¨®n¡±.
Paris tiene una visi¨®n clara de lo que realmente signific¨® esa ¨¦poca. Escucha c¨®mo la gente enmarca el mundo exterior ahora, como si fuera el pasado desordenado de un presente limpio.
¡°Se oye a la gente decir: ?Ah, pero ella estaba en el extranjero?. Y yo les digo: ??En serio? ?Saben qu¨¦? Todos estos operadores no estar¨ªan donde est¨¢n hoy sin esa base?¡±.
No lo dice con amargura; m¨¢s bien como un profesor que le recuerda a un estudiante que no debe saltarse el primer cap¨ªtulo.
¡°Las Vegas empez¨® a prosperar cuando empezaron a extraer datos de las cuentas en el extranjero. ?Antes? Todo era papel y se limitaba a la actividad local de las cuentas. Los productos no eran fuertes. Las cuentas en el extranjero les ayudaron a mejorar¡±.
Y detr¨¢s de toda esa innovaci¨®n hab¨ªa personas reales, resolvi¨¦ndola en tiempo real. Los cierres de Western Union, las denuncias, la amenaza inminente de que ?todo esto podr¨ªa terminar ma?ana?. No fue glamuroso, pero fue fundamental.
¡°La industria offshore, por defecto, cre¨® la experiencia de apuestas moderna porque siempre se centr¨® en el cliente¡±.
Hay un toque de orgullo, pero tambi¨¦n de perspectiva. Paris no estaba en todas las fiestas; ten¨ªa una hija peque?a. Tras mudarse a Curazao, continu¨® viviendo una versi¨®n m¨¢s realista del caos: dejar a los ni?os en la escuela, jugar con ellos y las tareas de ejecuci¨®n de Pinnacle. Aun as¨ª, conoc¨ªa la escena lo suficientemente bien como para notar las grietas antes que otros.
¡°Con el tiempo, las cosas cambiaron. Curazao empez¨® a tener m¨¢s supervisi¨®n, y algunos no la quer¨ªan. As¨ª que se marchaban, simplemente desaparec¨ªan de la noche a la ma?ana en Costa Rica¡±.
Pero Paris y Pinnacle quer¨ªan tener la supervisi¨®n, as¨ª que se quedaron. ¡°E incluso ahora, todav¨ªa existe esta comunidad de expatriados que llevan aqu¨ª toda la vida. Muchos de ellos ya ni siquiera est¨¢n en la industria; simplemente decidieron quedarse. Es su hogar¡±.
La industria que creci¨® en oficinas manchadas de nicotina, que construy¨® su imperio a lomos de m¨¢quinas de fax y conexiones a Internet en villas y sobrevivi¨® a terremotos regulatorios, ahora vive a trav¨¦s de la mentor¨ªa, la memoria y el eco silencioso de las personas que ayudaron a construir algo grande.
¡°Esa ¨¦poca me lo dio todo, pero tambi¨¦n le dio todo a la industria. Sean conscientes o no¡±.
En la actualidad, Paris ya no est¨¢ inmersa en la vida de operadora. Se ha alejado de la gerencia, pero no del objetivo. Asesora a , no solo en el sector de los juegos, sino tambi¨¦n en el de la tecnolog¨ªa en general, y ayuda a los j¨®venes fundadores a navegar por las cosas que ninguna hoja de c¨¢lculo puede ense?arle.
¡°Asesoro a las personas como me hubiera gustado que me asesoraran a m¨ª¡±, dice. ¡°No se trata solo de estrategias de crecimiento o recaudaci¨®n de fondos. Se trata de saber c¨®mo construir bajo presi¨®n, c¨®mo liderar cuando todo se desmorona, c¨®mo hacer m¨¢s con menos, porque he hecho todo eso¡±.
Hoy en d¨ªa, Paris forma parte de consejos asesores, trabaja individualmente con fundadores y responde mensajes directos de emprendedores que solo necesitan que alguien revise su presentaci¨®n, producto o hoja de ruta. No le importa si acaban de graduarse o si est¨¢n en su tercer cambio.
Lo que le importa es su manera de pensar.
¡°Siempre pregunto: ?Est¨¢s resolviendo un problema real? ?De verdad te importa el espacio en el que te encuentras? ?Est¨¢s dispuesto a aprender? Porque si es as¨ª, puedo ayudarte¡±.
La ayuda que Paris ofrece se presenta en forma de estructura, narrativa y estrategia. Ense?a a las personas a pensar de forma operativa, a contratar correctamente y a mantener una cultura organizacional s¨®lida cuando se pasa de tres a treinta personas en seis meses.
¡°Mucha gente llega con una idea, pero sin un plan. Les ayudo a encontrar el plan y la disciplina para seguirlo. La otra clave es la capacidad de adaptarse en esta industria din¨¢mica y de ritmo acelerado.
¡°Sabiendo exactamente lo que es ser joven, ambicioso, estar desorientado y ser lanzado a un mundo para el que nadie te prepar¨®, simplemente quiero transmitir lo que siento. Quiero que la gente llegue m¨¢s lejos que nosotros, m¨¢s r¨¢pido y evitando los errores¡±.
Paris ha visto todo el proceso, desde anotar n¨²meros de tel¨¦fono en trozos de papel hasta plataformas empresariales respaldadas por inversores de capital riesgo. Y aunque la mec¨¢nica ha cambiado, est¨¢ convencida de que la esencia de construir algo grande sigue siendo la misma.
No intenta replicar el pasado. Ese momento fue ¨²nico. ?Pero las lecciones? Esas a¨²n perduran.
¡°Les cuento qu¨¦ funcion¨®, qu¨¦ no, qu¨¦ factores casi nos llev¨® a la quiebra, qu¨¦ nos fortaleci¨®. Si eso le ahorra a alguien algunos a?os de errores y miles de d¨®lares en inversiones, genial. Ese es el punto. Al final, todo se reduce a las personas: tu equipo, tus clientes y tu cultura. Si lo haces bien, el resto vendr¨¢ solo¡±.
En retrospectiva, es f¨¢cil atribuirlo todo a la suerte, a estar en el lugar correcto en el momento oportuno. Pero quienes estuvieron en el terreno desde el principio saben que fue esfuerzo, determinaci¨®n, aprendizaje, presentarse al d¨ªa siguiente y volver a empezar.
¡°Cuando miro hacia atr¨¢s, pienso en lo incre¨ªble que fue haber formado parte de ese momento. Construir algo de la nada y trabajar con gente tan maravillosa e innovadora. As¨ª que, en ese sentido, me siento muy afortunado, ?pero tambi¨¦n trabaj¨¦ muy duro para lograrlo!¡±
Tan dif¨ªcil, de hecho, que este a?o ser¨¢ incluida en el Sal¨®n de la Fama de las Apuestas Deportivas, uni¨¦ndose a otras leyendas de la industria, incluido nada menos que su primer interlocutor telef¨®nico, Billy Walters.
Puede que Par¨ªs no est¨¦ al mando estos d¨ªas, y eso es algo con lo que est¨¢ bien, pero no se equivoquen: ella todav¨ªa est¨¢ en la sala.