Los pioneros del juego en l¨ªnea, primera parte: Paris Smith

Jillian Dingwall
Escrito por Jillian Dingwall
Traducido por Milagros Codo

¡°Ven, entra¡±: El salvaje oeste de las apuestas deportivas de los a?os noventa

¡°?Qu¨¦ di**los quieres?¡±, refunfu?aba un hombre sentado en un viejo y descuidado edificio de Antigua, apenas levantando la vista de su desordenado escritorio.

¡°Eh… viene a ver a Bill Scott por un empleo¡±, respondi¨® una Paris de 25 a?os un poco nerviosa, haciendo un mapa mental de c¨®mo pod¨ªa escapar de lo que parec¨ªa ser una escena de pel¨ªcula sospechosa.

De pronto, el ce?o fruncido se transform¨® en una sonrisa c¨®mplice: ¡°Adelante, querida, yo soy Billy.é¢


Paris Smith es exdirectora ejecutiva de Pinnacle y se la considera ampliamente una de las mujeres m¨¢s influyentes en el mundo de los juegos en l¨ªnea, luego de haber liderado las apuestas deportivas a lo largo de una era transformadora que abarca m¨¢s de tres d¨¦cadas. En esta serie de dos partes, Paris conversa con Noticias SiGMA sobre los d¨ªas crudos, rebeldes y visionarios que enfrent¨® a los comienzos de la inicio de la industria del iGaming y c¨®mo fue realmente formar parte de un grupo heterog¨¦neo de so?adores y emprendedores.


Bol¨ªgrafo, papel, colillas de cigarrillos y botellas de cerveza

Corr¨ªa el a?o 1995. Paris Smith reci¨¦n se graduaba con una beca universitaria de baloncesto; se hab¨ªa mudado a Antigua con un t¨ªtulo en turismo. Sin embargo, con un aspecto muy parecido al de una persona oriunda de la zona rural de Dakota del Norte, en un pa¨ªs que insist¨ªa en contratar a gente local, encontrar un trabajo estable en un sector de temporada le resultaba m¨¢s complicado de lo que pensaba.

paris smith
Imagen: Antiguos anuncios de Long Gone Geek.

Trabajaba incansablemente tratando de decidir cu¨¢l ser¨ªa su siguiente paso; de pronto, el destino irrumpi¨® en su vida mientras paseaba a su perro por la playa.

¡°Mi perro se ahogaba en el mar y un desconocido lo agarr¨® y lo sac¨® del agua¡±, recuerda Paris. ¡°Nos pusimos a charlar, ya sabes, esa charla informal que se da despu¨¦s de que alguien salva a tu familiar favorito. Me dijo que ten¨ªa una casa de apuestas deportivas y que conoc¨ªa a un estadounidense en Antigua, Bill Scott, quien estaba en la b¨²squeda de telefonistas para su casa de apuestas, World Wide Tele Sportsé¢.

Al d¨ªa siguiente, un 7 de julio de 1995, se present¨® a una entrevista.

¡°Las oficinas eran f¨¢ciles de localizar, hab¨ªa un cenicero lleno de colillas de cigarrillos, una mesa llena de cervezas, grabadoras, tel¨¦fonos, un televisor y un mont¨®n de computadorasé¢.

La entrevista con Bill Scott dur¨® diez minutos y la capacitaci¨®n oficial, probablemente, la mitad.

¡°Bill me dijo: Bien, cuando alguien llame, di ¡®?PIN deportivo?¡¯ Introduce el n¨²mero de PIN y dales un resumené¢.

Y yo preguntaba: ¡°?Qu¨¦ es un resumen?¡±

¡°Son parlays directos, parlays, sweethearts o reversos, ya sabes, solo STR para directos, SW para sweethearts, pon la cantidad, l¨¦elo de nuevo y di ¡°?Confirmado?¡±, y eso es todoé¢.

Justo en ese momento, suena el tel¨¦fono.

Paris responde: ¡°?PIN deportivo?¡±

Clic, colgaron.

Otra llamada: ¡°?PIN deportivo?¡±

Clic.

¡°Resulta que, en aquel entonces, no era com¨²n que las mujeres contestaran el tel¨¦fono cuando llamaban para hacer apuestas deportivas¡±, dice. ¡°Entonces me colgaban el tel¨¦fonoé¢.

Al final, alguien del otro lado tuvo sentido com¨²n y pregunt¨®:

¡°?Con WWTS?¡±

¡°Eh, creo que s¨ª¡±, responde Paris.

¡°Con BW¡­¡±

¡°S¨ª¡±, sonr¨ªe Paris, ¡°La primera llamada telef¨®nica que recib¨ª fue de Billy Walters, uno de los jugadores profesionales m¨¢s reconocidos del mundoé¢.

Ahora bien, si eso no es una se?al del universo, no s¨¦ qu¨¦ es.

?Alguna analog¨ªa m¨¢s precisa?

jim feist
Imagen: Revista Guru.

Pasaron algunas semanas y el trabajo marchaba bien, pero era la calma antes del hurac¨¢n.

¡°Billy hab¨ªa sacado un anuncio de 750 d¨®lares en la revista de Jim Feist y, de repente, los tel¨¦fonos no paraban de sonaré¢.

WWTS no estaba precisamente preparada para ese crecimiento. Consiguieron alrededor de 1.500 jugadores nuevos gracias a ese anuncio, algo que ahora puede no sonar descabellado, pero en aquel entonces, todo se hac¨ªa manualmente. No hab¨ªa un sistema CRM sofisticado ni sistemas de incorporaci¨®n automatizados.

¡°Est¨¢bamos fren¨¦ticos, escrib¨ªamos a mano nombres, direcciones y n¨²meros de tel¨¦fono en trozos de papel, transmitiendo r¨¢pidamente instrucciones sobre c¨®mo los apostadores pod¨ªan enviar dinero para sus apuestasé¢.

¡°En aquel entonces, las ¨²nicas opciones de pago eran Western Union Quick Collect, cheques de caja o transferencias bancarias, nada que ver con los m¨¦todos de pago instant¨¢neos actuales. Era un caos absolutoé¢.

Pero Par¨ªs no entr¨® en p¨¢nico, y tampoco tuvo miedo de ensuciarse las manos.

¡°Y, ya sabes, ah¨ª es justo donde ten¨ªamos que empezar. Tuvimos que resolver los problemas a medida que surg¨ªan, y esos problemas iban desde ?c¨®mo procesamos estos pagos? hasta ?c¨®mo demonios vamos a construir este negocio, Billy?é¢.

A la velocidad de un rayo, WWTS creci¨® de un pu?ado de empleados a 185, y a¨²n as¨ª logr¨® mantener la reputaci¨®n de tener el mejor servicio al cliente de la industria.

Todas las empleadas telef¨®nicas eran mujeres: agradables, atentas y trabajaban turnos lo suficientemente largos como para conocer a los clientes habituales como familia, casi como las camareras del bar local.

¡°Oye, Johnny, ?ya fuiste al m¨¦dico por esa rodilla que tienes mal? Por cierto, tu equipo juega el s¨¢bado. Av¨ªsame si quieres enviar fondos para el fin de semanaé¢.

Paris se r¨ªe: ¡°As¨ª eran las ventas adicionales en 1995é¢.

La confianza que construyeron no se gener¨® a trav¨¦s del marketing en el sentido actual de la palabra. Se gan¨® con autenticidad. ¡°Las personas no eran solo voces en un tel¨¦fono, sino que eran relaciones. Esa conexi¨®n personal marc¨® la diferenciaé¢.

WWTS alcanza el pin¨¢culo

La funci¨®n de Paris creci¨® org¨¢nicamente dentro de WWTS. No recibi¨® ascensos; simplemente ocurrieron porque se volvi¨® indispensable. Se qued¨® 11 a?os, no por obligaci¨®n, sino porque cre¨ªa en lo que estaban construyendo.

¡°Fui leal a Billy. No quer¨ªa abandonar el barco solo porque alguien m¨¢s me llamaraé¢.

Y la gente empez¨® a llamar, sobre todo Pinnacle. Esta ingeniosa casa estaba ganando popularidad r¨¢pidamente, y los jugadores empezaban a prestarle atenci¨®n.

¡°En aquel entonces, no hab¨ªa regulaciones y la banca era complicada, as¨ª que hac¨ªamos transferencias entre casas de apuestas. Pero lleg¨® un punto en que el 60 % de los retiros de WWTS iban directamente a Pinnacleé¢.

Paris comenz¨® a recorrer los pisos pidiendo a los empleados que transfirieran a los clientes que iban a Pinnacle hasta ella.

¡°Johnny, ?qu¨¦ haces? ¡ªles preguntaba a los clientes¡ª. ?Por qu¨¦ transfieres tu dinero a Pinnacle?¡±

La respuesta siempre era m¨¢s o menos esto:

¡°Bueno, no s¨¦, todos mis amigos apuestan ah¨ª, tienen una ventaja y un mejor jugoé¢.

El boca a boca era poderoso, y el crecimiento de Pinnacle proven¨ªa de los apostadores que se contaban entre s¨ª d¨®nde estaban las apuestas m¨¢s competitivas. El ej¨¦rcito de aficionados que ve¨ªa crecer a Pinnacle era absolutamente fenomenal.

¡°No fue hasta agosto de 2006, un par de a?os despu¨¦s de que Billy vendiera WWTS, que estuve lista para dar el salto a Pinnacle ¡ªexplica¡ª. Sent¨ª que era el momento adecuado. Ten¨ªa sentido empezar algo nuevoé¢.

Fue en ese momento que Paris se mud¨® a Curazao y el caos tom¨® otra forma.

La m¨¢quina de hacer dinero necesita mantenimiento

Pinnacle sports
Logotipo de Pinnacle, 2006. Imagen: The iGaming Post.

¡°Pinnacle no ten¨ªa estructura. Ni cargos. Ni organigrama. Era simplemente una m¨¢quina de hacer dinero simplificada que, en retrospectiva, necesitaba prepararse para el ¨¦xito que iba a teneré¢.

Paris empez¨® a contratar personal. Recurri¨® a su manual de WWTS y contrat¨® a personas capaces de prosperar bajo presi¨®n y mantener la calma. Y tan solo cinco meses despu¨¦s, recibi¨® la llamada que causar¨ªa un descontrol.

¡°Oye, Paris, ?sabes lo buena que eres para la log¨ªstica y las operaciones? ¡ªdijeron¡ª. Queremos salir del mercado estadounidense y necesitamos que tu est¨¦s al mandoé¢.

Ella asumi¨® que se refer¨ªan a alg¨²n momento en el futuro, ?tal vez despu¨¦s de la locura de marzo?

¡°No, el onceé¢.

¡°?Once de qu¨¦?¡±

¡°De enero.é¢

Era siete.

Lo que sigui¨® fueron cuatro d¨ªas de pura ejecuci¨®n. Elabor¨® ??el plan, apenas durmi¨®, y se prepar¨® para cerrar 35.000 cuentas activas, todas con dinero que tendr¨ªa que ser reembolsado mediante un equipo de atenci¨®n al cliente de tan solo 12 personas.

¡°Era claramente una tarea imposible, as¨ª que traje a otro Bill, un genio que, en solo dos d¨ªas, escribi¨® y prob¨® los scripts que usar¨ªamos para automatizar el traslado. El once a la medianoche .é¢

A la ma?ana siguiente, Paris se despert¨® con cientos de mensajes, llamadas telef¨®nicas, correos electr¨®nicos, llamadas de Skype y notificaciones de Facebook, todos preguntando lo mismo.

¡°S¨ª, lo logramos¡±, confirma. ¡°Salimos del mercado estadounidense. Y un par de semanas despu¨¦s, sin que lo supi¨¦ramos, arrestaron a los fundadores de Neteller, pero el dinero de todos ya estaba fuera de Pinnacleé¢.

Misi¨®n cumplida

Las mujeres detr¨¢s de la plataforma , (de izq. a der.) Silka Dyett, Sue Schneider y Paris Smith.

A pesar del peso de todo ese proyecto (entre el 60 % y el 65 % de los clientes de Pinnacle resid¨ªan en Estados Unidos en ese momento), Paris lo considera uno de sus mayores logros.

¡°De todo lo que hicimos, probablemente sea de lo que m¨¢s me enorgullece en t¨¦rminos de ejecuci¨®n. ?Salir de un mercado entero, ver c¨®mo esas enormes ganancias se desplomaban a siete millones de d¨®lares al a?o y luego reconstruirlo todo desde cero? Fue una tarea ardua, pero cuando dej¨¦ Pinnacle 17 a?os despu¨¦s, era igual de grande que cuando comenc¨¦, hasta incluso m¨¢s grande. Lo logramosé¢.

En 2023, despu¨¦s de d¨¦cadas de construir el negocio de Pinnacle en Europa y Asia, Paris se alej¨® del liderazgo ejecutivo, pero no para reducir la velocidad, sino para comenzar a forjar a la pr¨®xima generaci¨®n.

Porque cuando has construido un imperio en una playa de Antigua con nada m¨¢s que un bol¨ªgrafo, un bloc de notas y una l¨ªnea telef¨®nica que apenas funciona, tienes sabidur¨ªa m¨¢s que suficiente para capacitar a los dem¨¢s.

Contin¨²a el recorrido por la historia en la segunda parte de nuestro art¨ªculo ¡°Los pioneros del juego en l¨ªnea¡±, en el que Paris Smith nos ofrece m¨¢s reliquias nost¨¢lgicas de los noventa y una mirada hacia el futuro de la industria que ella forj¨® junto con otros.


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