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La serie surcoreana Juego del Calamar, disponible en Netflix, provoc¨® una tormenta de debates ¨¦ticos tras su estreno en la plataforma de v¨ªdeo.
Si tienes alguna reserva sobre la serie, quiz¨¢ no quieras probar el juego de tragaperras nuevo con el mismo nombre de Light & Wonder. Desde que se anunci¨®, los expertos del sector han expresado su desaprobaci¨®n, como la publicaci¨®n reciente de Tomic en LinkedIn (abajo) y el de . El juego, que seg¨²n la web del creador se lanzar¨¢ en UE y el Reino Unido el 27 de marzo, es el primer acuerdo de licencia de Netflix en el sector de los 바카ë¼s y las apuestas.
La serie presenta una visi¨®n dist¨®pica en la que participantes desesperados y con problemas financieros compiten en juegos infantiles mortales por la oportunidad de conseguir una fortuna que les cambie la vida.
La serie es un duro recordatorio de la disparidad econ¨®mica y la desesperaci¨®n que genera. Los participantes se ven empujados a arriesgar sus vidas debido a las deudas y a la desesperaci¨®n financiera. Juega con la humanidad en el proceso. Esto plantea interrogantes sobre la moralidad de la sociedad que observa, ya sea en la ficci¨®n o en la realidad, c¨®mo se explota a los m¨¢s vulnerables con fines de entretenimiento. Los concursantes del Juego del Calamar son meros peones para la emoci¨®n de la ¨¦lite, que observa y apuesta por sus favoritos. Al igual que los personajes del juego, los jugadores de las tragaperras participan voluntariamente. Aun as¨ª, igual que en el Juego del Calamar, la noci¨®n de consentimiento en circunstancias tan extremas es ¨¦ticamente turbia; se plantea si uno puede realmente elegir libremente bajo el peso de presiones econ¨®micas o sociales. Esto enlaza con un discurso m¨¢s amplio sobre el juego responsable y las medidas que deber¨ªan aplicarse para proteger a los jugadores vulnerables. Ir¨®nicamente, la adicci¨®n del protagonista es el juego.
El Juego del Calamar, al igual que las luchas de leones de la antigua Roma, es un reflejo de las fascinaciones m¨¢s oscuras de la sociedad y a los l¨ªmites ¨¦ticos del entretenimiento. Desaf¨ªa a los consumidores a enfrentarse a verdades inc¨®modas sobre la naturaleza humana, las estructuras sociales y las consecuencias de la disparidad extrema.
Construir una m¨¢quina tragaperras con esta tem¨¢tica es algo que me resulta dif¨ªcil de comprender.
Alex Tomic, fundador y CEO de Alea.
La fascinaci¨®n mundial por el Juego del Calamar plantea la cuesti¨®n de exportar la cultura y responsabilizar a los creadores de contenidos. Igual que los juegos romanos reflejaban y reforzaban los valores de un imperio, el ¨¦xito internacional del Juego del Calamar lo convierte en una especie de embajador cultural, con el potencial de influir y reflejar normas y valores sociales.
El dilema ¨¦tico inherente a ambos escenarios subraya la necesidad de un discurso m¨¢s amplio sobre las pr¨¢cticas de juego responsable. Como en el caso del Juego del Calamar, en el que personas vulnerables se ven empujadas al borde del abismo, el sector del juego debe reconocer su responsabilidad por proteger a los jugadores. Aplicar medidas contundentes para proteger a quienes son susceptibles de sufrir explotaci¨®n es esencial para fomentar un entorno de juego m¨¢s seguro y ¨¦tico.