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El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, encendió las alarmas en la industria del juego con una propuesta que podría cambiar las reglas del mercado. Su busca incrementar significativamente los impuestos sobre las apuestas deportivas en línea y iGaming, pasando de tasas del 13% y 15% a un contundente 25%. La medida, según estimaciones oficiales, sumaría $402.4 millones adicionales a las arcas del estado. Sin embargo, operadores y analistas advierten que este golpe fiscal podría traer consecuencias negativas para la estabilidad del sector.
Los principales actores del sector han reaccionado con dureza ante el anuncio. , organización que representa colectivamente a la industria de los 바카라s en Atlantic City, y operadores líderes como FanDuel y BetMGM han calificado la propuesta de “desafortunada” y “arriesgada”. Mark Giannantonio, presidente de CANJ, fue tajante: “Esto amenaza la estabilidad de la industria del juego y el turismo en Atlantic City, además de poner en peligro miles de empleos”. Según informes de los medios.
Las casas de apuestas no han tardado en manifestarse. FanDuel y BetMGM enviaron correos a sus clientes instándolos a contactar a sus legisladores y expresar su descontento. En dichos mensajes, advierten que el aumento impositivo podría traducirse en menos promociones y peores cuotas para los jugadores, deteriorando la competitividad del mercado legal.
Expertos del sector advierten sobre un riesgo adicional: el posible crecimiento del mercado negro. Bill Pascrell III, influyente defensor de intereses en la industria del juego, alertó sobre un posible efecto dominó en otros estados: “Si Nueva Jersey sube los impuestos con tanta facilidad, otras jurisdicciones podrían seguir su ejemplo, desestabilizando toda la industria regulada”. De acuerdo con fuentes periodísticas
Preocupación bipartidista en el Congreso estatal.
No solo la industria ha manifestado su oposición. En el Senado estatal, legisladores de ambos partidos han expresado serias dudas sobre la viabilidad del plan de Murphy. John Burzichelli (D-Gloucester/Salem/Cumberland) y Michael Testa (R-1) emitieron una declaración conjunta en la que advierten sobre los riesgos de duplicar los impuestos en el sector del juego en línea: “Estamos poniendo en peligro una historia de éxito para Nueva Jersey”.
Desde la pandemia, la industria del juego ha sido un pilar clave en la recuperación económica del estado. Testa recordó que los 바카라s de Atlantic City aún luchan por recuperar sus niveles de ingresos previos al COVID-19 y advirtió que este incremento fiscal podría ser el golpe definitivo para algunas operaciones.
Los defensores del aumento impositivo argumentan que Nueva Jersey sigue teniendo tasas bajas en comparación con otros estados vecinos. Nueva York grava las apuestas deportivas en línea con un 51%, la cifra más alta del país, mientras que Pensilvania aplica un 36%. Es decir, la tasa impositiva se aplica sobre los ingresos brutos del juego (GGR), lo que significa que los operadores pagan una porción de sus ganancias totales antes de deducir costos operativos. Por lo tanto, la tasa impositiva no determina directamente el porcentaje de ganancias que retienen los operadores, sino que afecta sus márgenes de beneficio después de pagar impuestos. Por ejemplo, si un operador tiene un GGR de $100 y la tasa impositiva es del 25%, pagaría $25 en impuestos, quedándose con $75 antes de considerar otros costos. Sin embargo, el porcentaje de ganancias netas dependerá de sus costos operativos adicionales.
No obstante, los detractores señalan que estos estados tienen estructuras de mercado diferentes. Nueva Jersey ha prosperado con una estrategia de impuestos competitivos que han consolidado su posición como un hub del juego en EE.UU. Aumentar las tasas sin un análisis profundo podría empujar a los jugadores hacia plataformas offshore o mercados más favorables.
El presupuesto de Murphy debe cerrarse antes del 30 de junio de 2025, lo que deja margen para negociaciones. Fuentes cercanas al gobierno han señalado que ya se están discutiendo posibles concesiones, incluyendo un aumento más moderado al 20% en lugar del 25% propuesto.
En los próximos meses, la batalla entre el gobierno, la industria y los legisladores será clave para definir el futuro del juego en Nueva Jersey. Lo que está en juego no es solo la estabilidad del sector a nivel estatal, sino también el precedente que podría sentar para la regulación en todo el país. La industria de los juegos de azar se encuentra en una encrucijada y el desenlace de esta disputa marcará un antes y un después en la forma en que se gravan las apuestas en EE. UU.