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Nuestra serie exclusiva de tres partes, creada con el experto Robert Stoddard, socio fiscal principal de KPMG en EE. UU. en la industria del juego, termina con la tercera parte, en la que nos centramos en la expansi¨®n internacional. Los operadores de iGaming del Reino Unido que ingresan al mercado de EE. UU. deben lidiar con sistemas tributarios con inconsistencias, dificultades estructurales y una cultura de cumplimiento normativo que exige una estrategia desde el primer d¨ªa.
?Te perdiste la primera parte sobre el panorama fiscal fragmentado de EE. UU. y el aumento de las exigencias de cumplimiento? O la segunda parte, en la que analizamos las incertidumbres cada vez m¨¢s frecuentes en torno a las criptomonedas y los impuestos. No te preocupes, al final de este art¨ªculo encontrar¨¢s los enlaces.
Entrar en un nuevo estado de EE. UU. implica m¨¢s que obtener una licencia. Requiere una estructura empresarial y una estrategia operativa para gestionar eficazmente las obligaciones fiscales de los ingresos brutos del juego (GGR) y adaptarse a las diferencias entre estados. A medida que los operadores buscan crecer a trav¨¦s de las fronteras estatales o desde el extranjero, se enfrentan a tasas impositivas cambiantes, regulaciones fiscales complejas o poco claras, normas variables sobre deducciones y tratamiento de promociones, costos ocultos y una cultura de cumplimiento muy diferente. En este mercado, las empresas deben considerar los impuestos como parte integral de su plan de negocios, no como algo secundario.
Los riesgos son a¨²n mayores para las empresas internacionales, en particular para aquellas que no est¨¢n familiarizadas con las regulaciones a nivel estatal y un entorno que es en gran medida exclusivo de los EE. UU. Lo que funciona en una jurisdicci¨®n puede fracasar en otra, y cuando se trata de impuestos al juego en los EE. UU., fracasar puede ser costoso.
Si bien las apuestas deportivas en l¨ªnea (online sports betting, OSB) est¨¢n m¨¢s extendidas (con algunas excepciones notables, como California y Texas, entre otros), el panorama del iGaming en EE. UU. a¨²n se est¨¢ definiendo; hay solo siete estados activos actualmente y cada estado que abre su mercado a las OSB, al iGaming ¨Do a ambos¨D establece sus propias normas: licencias, regulaci¨®n y, cada vez m¨¢s importante, impuestos.
Algunos estados imponen tasas impositivas elevadas a los nuevos participantes desde el principio (p. ej., Nueva York, con un 51 %). Otros utilizan normas de transici¨®n para reducir o eliminar gradualmente las deducciones por incentivos y promociones, o modelos escalonados basados ??en los ingresos (p. ej., Illinois). No hay dos enfoques iguales.
Las operaciones de OSB o de juegos de azar sustancialmente similares en Nueva Jersey podr¨ªan enfrentarse a tasas impositivas para el juego online que duplican o triplican las de otros estados (por ejemplo, la OSB de Illinois o las tragamonedas en l¨ªnea de Pensilvania). Por eso, un proceso de cumplimiento y planificaci¨®n fiscal simplista no es suficiente. Si los operadores no se adaptan a cada expansi¨®n y no comprenden las regulaciones fiscales espec¨ªficas de cada estado, corren el riesgo de sacrificar sus ganancias desde el principio, especialmente a medida que ciertos mercados estatales de EE. UU. se saturan cada vez m¨¢s.
Se ha observado un patr¨®n claro, que puede ser costoso. Una y otra vez, la apertura de un nuevo mercado estatal ha dado lugar a una apropiaci¨®n indiscriminada de territorios, con operadores que se introducen r¨¢pidamente en un nuevo mercado y replican su estructura existente, dejando los impuestos en un segundo plano. Este enfoque puede generar ineficiencias, como la falta de comprensi¨®n de las regulaciones fiscales espec¨ªficas del iGaming, los plazos requeridos, los c¨¢lculos de la base imponible del GGR, los informes de los jugadores y los requisitos de retenci¨®n, que pueden diferir de los impuestos federales u otros impuestos indirectos que no se hab¨ªan considerado.
Algunos estados imponen contribuciones obligatorias a fondos de juego responsable. Otros aplican impuestos adicionales, promociones, juegos gratuitos o proh¨ªben numerosas deducciones promocionales. Las empresas a menudo no se registran a tiempo ante las autoridades fiscales competentes, lo que conlleva multas y sanciones, intereses, retrasos o evaluaciones retroactivas.
Peor a¨²n, los errores cometidos en un estado pueden generar problemas de cumplimiento en otro. Si las empresas no registran correctamente d¨®nde los jugadores ganan y canjean cr¨¦ditos promocionales, esto puede resultar en la p¨¦rdida de deducciones y un aumento de la obligaci¨®n tributaria por ingresos brutos (GGR) en un estado, sin una reducci¨®n correspondiente en el otro, y eso sin siquiera considerar la diferencia en las tasas impositivas. O bien, si una empresa no calcula correctamente su distribuci¨®n multiestatal, puede arriesgarse a pagar impuestos sobre la renta sobre la misma base de ingresos brutos dos veces.
Por ejemplo, considere un operador que entr¨® en tres nuevos estados en menos de doce meses utilizando una ¨²nica estructura tributaria. En el primer estado, las normas tributarias eran relativamente sencillas y no encontraron ning¨²n problema significativo. El incumplimiento del plazo en la segunda jurisdicci¨®n result¨® en multas e intereses por la presentaci¨®n tard¨ªa de la declaraci¨®n de impuestos GGR, lo que puso en riesgo su licencia. Las autoridades fiscales rechazaron deducciones clave en la tercera jurisdicci¨®n tras encontrar discrepancias en las cifras de reconocimiento de ingresos. Para cuando los equipos legales y tributarios se pusieron al d¨ªa, el da?o ya estaba hecho, y no ajustar sus procesos estado por estado se convirti¨® en un costoso error en una situaci¨®n en la que el operador ya estaba invirtiendo fuertemente para ganar la participaci¨®n de mercado.
Muchos operadores consideran los impuestos como una consideraci¨®n posterior a la operaci¨®n. Sin embargo, un enfoque con visi¨®n de futuro podr¨ªa ser integrar la planificaci¨®n fiscal desde el principio. Al evaluar los riesgos estatales, identificar los costos ocultos y consolidar las estructuras de informes, los operadores pueden adaptar la planificaci¨®n fiscal a sus necesidades. Un enfoque apresurado o reactivo podr¨ªa permitir la puesta en marcha de un producto, pero podr¨ªa no ser viable ante una auditor¨ªa de GGR.
Las juntas directivas y los inversores tambi¨¦n est¨¢n prestando m¨¢s atenci¨®n. El GGR es uno de los principales gastos en la cuenta de resultados, y el riesgo fiscal se ha convertido en un elemento clave de la diligencia debida. Si las cifras no cuadran, las operaciones se estancan. Si no se detectan y se corrigen proactivamente los posibles pasivos, las valoraciones se reducen. La estrategia, ahora, implica m¨¢s que el ajuste al mercado: implica previsi¨®n financiera.
No todos los estados se centran en maximizar la recaudaci¨®n fiscal a costa de los operadores. Algunos ofrecen incentivos genuinos para los nuevos participantes si se sabe d¨®nde buscar. Nueva Jersey y Colorado han introducido cr¨¦ditos por innovaci¨®n, bonificaciones a la creaci¨®n de empleo y compensaciones basadas en la inversi¨®n. Estos pueden ofrecer ahorros fiscales considerables seg¨²n la situaci¨®n del operador.
Con demasiada frecuencia, las empresas de juegos de azar se quedan atr¨¢s. Muchos de estos incentivos suelen estar dise?ados para empresas tecnol¨®gicas o startups y no siempre est¨¢n adaptados al iGaming. Los operadores que no buscan asesoramiento desde el principio pueden ni siquiera darse cuenta de que cumplen los requisitos.
Si est¨¢s implementando una infraestructura de datos en el estado, contratando un equipo local o lanzando nuevas herramientas de tecnolog¨ªa, esas acciones podr¨ªan desbloquear alivio fiscal si su estructura se alinea adecuadamente con las reglas de incentivos.
Por ejemplo, para los operadores con sede en el Reino Unido, Estados Unidos puede estar familiarizado con el derecho consuetudinario, ser angloparlante y tener un creciente inter¨¦s en los juegos de azar en l¨ªnea. Sin embargo, en materia fiscal, ambos sistemas hablan idiomas completamente diferentes.
El marco centralizado del Reino Unido representa un contraste pronunciado con el marco estatal fragmentado de Estados Unidos. Una estructura eficiente para las operaciones de OSB y iGaming en el Reino Unido podr¨ªa resultar excesivamente simplificada al enfrentarse a los requisitos de GGR a nivel estatal de EE. UU., las obligaciones de declaraci¨®n y retenci¨®n de impuestos de los jugadores, las consideraciones sobre la distribuci¨®n del impuesto sobre la renta estatal u otros impuestos indirectos.
Muchas empresas del Reino Unido no anticipan las decisiones sobre la entidad legal que deber¨¢n tomar al entrar en EE. UU. Sin una planificaci¨®n adecuada, se arriesgan a una doble imposici¨®n o a problemas de establecimiento permanente. Algunas se embarcan en una estructura completamente equivocada, pensando que podr¨¢n adaptarla m¨¢s adelante. Pero para entonces, los costos ya est¨¢n incorporados y los cambios de estructura pueden generar un impuesto de salida.
Los operadores tambi¨¦n enfrentan diferencias en las obligaciones de informaci¨®n, las pol¨ªticas de precios de transferencia y el tratamiento de las deducciones. Lo que funciona en Londres puede generar inquietud en Washington.
A trav¨¦s del corredor estrat¨¦gico entre Estados Unidos y el Reino Unido, KPMG les proporciona a los operadores internacionales que no sea solo r¨¢pida, sino sostenible.
Antes de comenzar el proceso de expansi¨®n, los operadores deben preguntar lo siguiente:
?La moraleja? Nunca es demasiado pronto para empezar a buscar asesoramiento. Ya sea a trav¨¦s de asesores legales o de asesores fiscales independientes, los operadores deben conocer el panorama completo antes de expandirse. Conocer los requisitos de licencia es una cosa. Entender c¨®mo operar de forma rentable a nivel internacional es otra, a¨²n m¨¢s ahora con la iniciativa Pilar 2.0 de la OCDE sobre la reducci¨®n de la erosi¨®n de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS), cuyo objetivo es establecer un tipo impositivo m¨ªnimo global del 15 % para el impuesto de sociedades.
En EE. UU., en el sector de las apuestas deportivas en l¨ªnea (OSB) y el iGaming, los impuestos no son un asunto administrativo, son un proceso empresarial sumamente importante.
Antes de que cruces las fronteras, aseg¨²rate de tener informaci¨®n de calidad con la primera y la segunda parte de esta serie. La primera parte analiza el suelo de arenas movedizas de las leyes fiscales del juego en EE. UU. y la segunda sobre la incertidumbre en torno a las criptomonedas.
*Robert es socio del ¨¢rea de Servicios Fiscales Empresariales de KPMG en Stamford y cuenta con 23 a?os de experiencia en planificaci¨®n fiscal, cumplimiento tributario y provisiones de impuestos sobre la renta. Ha prestado servicios a clientes nacionales y multinacionales en una amplia variedad de industrias, y actualmente es el socio fiscal principal de la pr¨¢ctica de Juegos de KPMG en Estados Unidos.