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La industria del juego en línea ha transformado no solo la economía global, sino también la cultura y, más recientemente, el mundo académico. Investigaciones realizadas por centros universitarios han comenzado a analizar el impacto real del sector en la economía de los países y los efectos de las regulaciones fiscales sobre su desarrollo. Uno de estos estudios, llevado a cabo por el Observatorio de Transformación Digital de , una de las instituciones académicas más prestigiosas de Colombia, reconocida por su excelencia en investigación y su enfoque en la formación de líderes, ha puesto en entredicho las cifras gubernamentales sobre el impacto económico del juego en línea en Colombia y ha alertado sobre las consecuencias de gravar con IVA los depósitos de los jugadores.
Según el informe de la Universidad del Rosario, la contribución del sector de apuestas en línea al Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia ha sido sobreestimada por el Gobierno Nacional. Mientras que las autoridades calculan que representa el 4.5% del PIB, el estudio demuestra que la cifra real es de apenas el 0.17%. Esta discrepancia se debe a una confusión metodológica en la interpretación de los ingresos del sector. En lugar de basarse en el volumen total de apuestas (turnover), que en 2023 ascendió a 45 billones de pesos (10,4 billones de euros), el análisis de la universidad argumenta que el indicador correcto es el Gross Gaming Revenue (GGR), que representa los ingresos netos después del pago de premios y que en el mismo período fue de 2,7 billones de pesos, aproximadamente a 625.427 euros.
A partir de esta cifra, los operadores contribuyeron con 420 mil millones de pesos colombianos en derechos de explotación destinados a la financiación de la salud pública. Además, el 65% de los depósitos de los jugadores, que en 2023 sumaron 7,5 billones de pesos, fueron retirados posteriormente, lo que refuerza la idea de que estos depósitos no pueden considerarse ingresos permanentes para los operadores.
Un fenómeno que trasciende la economía y llega a las aulas
El caso colombiano no es aislado. Universidades y diversas instituciones de todo el mundo están comenzando a estudiar el impacto del juego en línea desde diferentes perspectivas: económica, social, tecnológica y regulatoria. En Alemania, por ejemplo, un estudio de la reveló que la imposición de un impuesto del 5.3% sobre el volumen total de apuestas en 2021 llevó a una migración masiva de jugadores a sitios ilegales, lo que redujo significativamente el recaudo fiscal y afectó la innovación en el sector.
El creciente interés académico en el juego en línea es un reflejo de cómo esta industria está moldeando el mundo. En un escenario globalizado donde el entretenimiento digital gana terreno, la necesidad de comprender su impacto económico y social se vuelve más relevante que nunca. Los centros de investigación universitarios, como el de la Universidad del Rosario, juegan un papel crucial en desentrañar las verdaderas cifras del sector, proporcionando un análisis más preciso para la toma de decisiones regulatorias y económicas.
En países como el Reino Unido y Estados Unidos, el estudio de los juegos digitales está emergiendo como un área de investigación, con instituciones académicas explorando su complejidad y alcance. La Universidad de Oxford, por ejemplo, ha realizado estudios sobre los videojuegos y su impacto en la salud mental, mientras que el MIT, aunque no tiene programas específicos sobre iGaming, ha sido pionero en la investigación de tecnologías emergentes que podrían aplicarse a la industria del juego digital. Además, la integración de tecnologías como la inteligencia artificial y blockchain está transformando la industria del juego, ofreciendo avances en seguridad digital y análisis de datos que pueden aplicarse a otros sectores. Con estos avances tecnológicos, el iGaming emerge como un campo innovador que trasciende el mero entretenimiento en línea.
El juego en línea ya no es solo un negocio de apuestas en línea; es un fenómeno cultural y económico que está redefiniendo las estructuras tradicionales de la economía digital. Su creciente influencia en la educación académica sugiere que su impacto solo seguirá expandiéndose, con implicaciones que podrían transformar tanto la industria del juego como la forma en que las sociedades regulan y comprenden el entretenimiento digital.