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En un , la periodista Matilda Bowsley aborda de forma desenfadada y perspicaz el debate nacional sobre los anuncios de apuestas en Australia. Como ella se?ala, Australia tiene un importante debate sobre si restringir o no los anuncios de las empresas de apuestas en lnea.
Imagnate lo que podra estar comprando en su lugar, bromea Bowsley, haciendo referencia al ya icnico eslogan de estos anuncios, antes de dirigir la conversacin hacia los orgenes de este debate. La conversacin se inici realmente en 2023, cuando el Parlamento federal puso en marcha una investigacin sobre los da?os causados por los juegos de azar en lnea y su incesante publicidad. El informe final de la investigacin no se contuvo: sugiri eliminar por completo todos los anuncios de juego en lnea en Australia. Se acabaron los anuncios en televisin, webs y los logos en las camisetas, como el que llevan actualmente los Sea Eagles.
Segn Bowsley, el gobierno parece estar de acuerdo con la medida, al menos en parte. Aunque an no han hecho un anuncio oficial, parece que se inclinan por un enfoque ms moderado: prohibir los anuncios en las redes sociales y webs y limitar simplemente su presencia en la televisin en abierto. Sin embargo, los equipos deportivos y sus logotipos de apuestas quedaran prcticamente intactos. Los crticos ya han advertido de que estas medidas a medias podran ser demasiado dbiles para marcar una diferencia real. Aun as, eso no ha impedido que el lobby del juego y las cadenas de televisin se pongan a la defensiva.
Uno de los argumentos ms contundentes contra la prohibicin total, se?ala Bowsley con una sonrisa, es que supuestamente supondra un desastre para los deportes comunitarios de base. Documentos de The Guardian afirman que la AFL podra perder ms de 120 millones de dlares anuales si se aprueba la legislacin, una cifra que procede directamente de la propia industria del juego. Bowsley se apresura a se?alar que, aunque la AFL destina el 10% de sus ingresos al ftbol comunitario, esto solo supone un dficit de 12 millones de dlares, una cantidad que el gobierno del estado de Victoria podra cubrir fcilmente con su inversin prevista de 62 millones de dlares en clubes deportivos comunitarios para 2024-2025.
Bowsley tambin subraya el dj vu de la situacin. Establece un paralelismo con los a?os setenta y noventa, cuando la industria tabacalera esgrimi argumentos inquietantemente similares frente a prohibir la publicidad. En aquella poca, las predicciones catastrofistas no se cumplieron, ya que las ayudas pblicas y los nuevos patrocinadores colmaron rpidamente las lagunas.
Y luego est la afirmacin de que, sin los ingresos de la publicidad del juego, las cadenas de televisin podran irse a pique. Sorpresa, sorpresa, dice Bowsley riendo entre dientes, ste fue otro de los grandes argumentos durante el debate sobre el tabaco. Pero, al igual que las ligas deportivas, las televisiones sobrevivieron, y no hay razn para creer que no volveran a adaptarse. Se?ala el caso de Espa?a, donde la prohibicin de los anuncios de apuestas en lnea no ha generado el apocalipsis predicho: las cadenas de televisin y las ligas deportivas se adaptaron perfectamente en Australia.
Por supuesto, la industria del juego tambin advierte de que una prohibicin total de los anuncios empujara a los consumidores hacia webs de juego ilegales en el extranjero, que estn mucho menos regulados. Bowsley toma esta afirmacin con cautela y se?ala que la investigacin parlamentaria australiana reconoci el riesgo, pero descubri que la mayor parte del da?o proviene actualmente del juego legal en el pas.
Para concluir el pdcast, Bowsley aborda la verdadera cuestin central de este debate: los da?os causados por el juego. En su opinin, una parte significativa de los ingresos del juego en lnea procede de los grandes perdedores: los jugadores problemticos, que representan solo el 10% de los apostantes, pero realizan ms de un tercio de todas las apuestas. Si bien es cierto que los ingresos publicitarios de las apuestas financian los deportes y las cadenas de televisin comunitarias, no hay que olvidar que gran parte de ese dinero procede de quienes menos pueden permitrselo.
Con su caracterstica mezcla de ingenio y sabidura, Bowsley deja a los oyentes con mucho sobre lo que reflexionar. Mientras Australia debate el futuro de los anuncios de apuestas, est claro que esta discusin estar sobre la mesa ms tiempo que una partida de pquer en un 바카라.